El Sistema de Depósito, Devolución y Retorno de envases

El Sistema de Depósito, Devolución y Retorno (SDDR) de envases es un modelo del cual se habla cada día más y en algunas regiones del estado ya se empieza a estipular. A pesar de que muchas entidades sociales y plataformas ecologistas apuesten por este sistema, la oposición de la patronal intenta paralizar algunas de las iniciativas en este ámbito. Otra vez, la polémica entre los intereses medio-ambientales y los intereses económicos chocan frontalmente. Un claro ejemplo es la complicada aceptación de la Proposición No de Ley (PNL) sobre la implantación del SDDR en Valencia, donde la patronal amenazó de denunciarla ante la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia.
Más allá de la polémica, tenemos datos alarmantes que nos exponen el grave retroceso de la reutilización frente el avance de la cultura desechable. Según datos de Rezero, en estos últimos años los envases reutilizables se han reducido un 32% en los establecimientos. Desde esta fundación, se propone la reglamentación como el SDDR para poder lograr una mayor cuota de recuperación.
Los sistemas de gestión de envases
Las diversas normativas de gestión residuos incluyen un ámbito reservado en todos aquellos residuos considerados como envases. Estos planes o reglamentos específicos comportan una serie de obligaciones a cumplir para todos aquellos agentes implicados en el ciclo de vida de los envases. En el caso de Cataluña, se marcan las obligaciones que tienen tanto fabricantes y envasadores, como proveedores finales o recuperadores, entre otros.
Las obligaciones para el fabricante son básicamente la limitación de contenidos de metal en los envases, mientras que los envasadores tienen que asumir la responsabilidad de la gestión correcta de los residuos que generan los envases de los productos de consumo domésticos que pone al mercado. La gestión de estos se puede hacer mediante dos sistemas previstos: el Sistema Integrado de Gestión (SIG) y el SDDR. Las empresas envasadoras también tienen la obligación de proporcionar información sobre la cantidad de envases y de producto puesto al mercado a lo largo del año con la Declaración Anual de Envases.
En cuanto a los envases industriales y comerciales, la responsabilidad de la gestión recae sobre el usuario final del envase, ya sea por medio del SDDR o del SIG.
El Sistema Integrado de Gestión es un sistema por el cual las empresas envasadoras pagan anualmente un importe económico, según los envases generados, a la sociedad gestora del Sistema Integrado de gestión de envases de consumo doméstico. Estas sociedades gestoras son agrupaciones de entidades y empresas de fabricantes y productores de envases. En Cataluña, la Agencia Catalana de Residuos ha autorizado cuatro sociedades gestoras de sistemas integrados de gestión según los sectores de los productos envasados. En el ámbito de los envases ligeros, papel y cartón la autorización está en manos de ECOEMBES y por los envases de vidrio la sociedad gestora es ECOVIDRIO.
Estas sociedades tienen la responsabilidad de gestionar los envases, tratados como residuos, para que estos puedan ser recuperados, ya sea para ser reciclados o incinerados. Para que los envases ligeros se reciclen y para saber qué envases están asociados al SIG, estos se identifican con el logotipo del Punto Verde.
Por otro lado, el Sistema de Depósito, Devolución y Regreso (SDDR) de envases está pensado por un tipo específico de residuos de envase (lo más extendido es el aplicado en los envases de bebidas), a pesar de que en otros países sí que se aplica para todo tipos de residuo doméstico junto con sistema de reutilización de envases.
El SDDR propone que el envasador establezca un sistema para recuperar físicamente los envases puestos en el mercado con sus productos. Para garantizar este retorno, la envasadora cobra un importe en concepto de depósito al cliente. Este importe se devuelve en el momento de hacer efectiva la devolución del envase y es un proceso que se produce en toda la cadena de distribución y comercialización, hasta la persona consumidora final. La devolución se hace en el mismo comercio o también en máquinas automatizadas, Máquinas de Venta Inversa (MVI), como las instaladas en algunos lugares como la Universitat Autònoma de Barcelona o la Universitat de Barcelona (adscrita a Green Med Initiative ). Además, Catalunya dispone de la experiencia piloto, el 2013, en Cadaqués, donde se logró un 90% de recuperación.
SDDR, mejoras e inconvenientes
Las partidarias de este sistema ponen como argumentos que durante estos años de SIG no se han notado mejoras sustanciales en el aumento del reciclaje, tampoco se ha puesto limitaciones a la fabricación de más envases, no se ha reducido la contaminación que genera la industria de los envases, ni ha conseguido que quién contamina, pague los costes de la gestión y el reciclaje.
La afectación de la implantación de un SDDR sobre los diferentes agentes implicados en su funcionamiento dependería, en gran parte, de su diseño. Dicho esto, uno de los principales elementos que justifica la eficiencia económica de los SDDR es el hecho que responsabiliza los productores íntegramente de los envases que ponen al mercado y lo hace de una forma razonablemente individualizada, según se extrae del estudio de viabilidad de ENT Medio Ambiente y Gestión de 2016, sobre la implantación del SDDR de envases en Catalunya . Este es el mayor motivo del porque hay tanta oposición de la patronal y de los sectores de envasados; mientras que ahora la mayor parte de los costes de recogida y reciclaje la pagamos entre todas, con el SDDR es el productor del envase quien asume la mayoría de este coste. De hecho en datos del estudio anteriormente citado, adoptar el SDDR abarataría, en 16,90 millones al año, el coste de la gestión de residuos de los entes locales, dado que se ahorraría en frecuencias de recogida y limpieza de vía pública.
El aumento de la tasa de reciclaje sería evidente. Según se extrae del mismo estudio, se lograría un nivel de recuperación de hasta 94%, frente a los 40% actuales. Pero además del incremento del reciclaje, que es uno de los impactos esperados de la implantación de un SDDR, también existen otros impactos positivos. La reducción de la contaminación y vertido al medio y los costes económicos y ambientales asociados a su gestión, también es uno de los objetivos principales de este sistema. Además, según el diseño del SDDR, la reutilización de los envases (cómo por ejemplo los de vidrio) en vez del reciclaje, también es un elemento importante para mejorar la sostenibilidad, puesto que se rechaza así la cultura desechable.
Por otro lado, los inconvenientes por parte de los comercios receptores y proveedores es por un lado la necesidad de una infraestructura de retorno, que esta sería sufragada por las tasas de manipulación que este recibiría del sistema central por cada envase devuelto, según datos de la ACR. El sector crítico al SDDR también hace referencia al fraude que puede generar este modelo, puesto que el envasador paga un tanto por ciento por el envase puesto al mercado, pero podría ser que para reducir costes, se comercializaran latas o productos envasados a otros lugares, como el Este de Europa.
Un modelo que ya funciona
El SDDR está implantado en 40 países de todo el mundo. Los países escandinavos, por ejemplo, tienen cifras de recuperación de envases de entre el 80 y el 95% y en Alemania se ha llegado al 98,5% con éxito. La mayoría de SDDR’s existentes en Europa son gestionados por una organización perteneciente a la industria, excepto el SDDR de Croacia, que es gestionado por el gobierno.
Dentro del estado español, donde la tasa de recuperación ronda entre el 30% y 40%, ya hay regiones que han hecho pruebas pilotos en ámbitos concretos y varias normativas que incorporan el SDDR. El Gobierno de las Islas Baleares recientemente ha aprobado la Ley de Residuos y Suelos Contaminantes que contempla que los consejos insulares puedan implantar otros sistemas de reutilización de residuos, como el SDDR, en varios supuestos. Igualmente pasa en Valencia, donde la PNL en apoyo del SDDR salió adelante y en el Plan Integral de Residuos (PIR) se prevé la aplicación de este sistema. En Cataluña, la Agencia Catalana de Residuos también estudia poner en marcha este sistema, cuando menos en regiones limitadas. De hecho, se prevé que en los próximos meses, una vez el Parlamento normalice su actividad, se genere una comisión para tratar el sistema de depósito en botellas de vidrio y plástico, latas y brics.
* Para más información, os recomendamos el vídeo de la organización Retorna.org [http://www.retorna.org].